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La terapia es un espacio seguro donde podemos empezar a mirar hacia adentro, sin exigencias ni prisa, permitiéndonos reconocer lo que sentimos aunque no siempre sea visible a simple vista.

Es un proceso respetuoso y paciente, que acompaña con cuidado el encuentro con esas partes que esperan ser escuchadas, comprendidas y finalmente integradas.